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Un niño de 3 años comió Lucky Charms. Poco después, comenzó a experimentar problemas gastrointestinales. Los síntomas aumentaron rápidamente a diarrea sanguinolenta de alta frecuencia. Se requirieron dos visitas al hospital separadas. La segunda visita fue un paciente hospitalizado durante 5 días. Los síntomas graves duraron al menos 2 semanas.
